[1] La voz humana como fenómeno de umbral n se pregunta por la relación entre la voz humana, análogo-singular, y los medios digitales globalmente estandarizados, Cien individuos se hacen presentes en la sala dando cuenta de su propia singularidad por medio de su tesitura, entonación, dinámica, calidad y acento. La voz humana indica la condición del cuerpo que la emite (edad, sexo), su pertenencia a un grupo social, su condición discursiva e icónica: dice, muestra y requiere ser oída.

[2] Número e individuo Aunque las cien voces son, en primera instancia, una magnitud, el conjunto no se transforma en masa. Cada cual mantiene su singularidad tanto respecto de las demás, como en relación a la totalidad de la obra. Las cien voces, entonces, constituyen una multitud.

[3] Audiencia participante Desde las vanguardias la participación del espectador ha sido una tónica, pero sin duda lo más relevante resulta ser la multiplicación de la percepción; se observa, pero a la vez se produce la acción inevitable de observarse a sí mismos. El sujeto participante no sólo representa una individualidad sino la posibilidad del otro.

[4] Formato de escucha La instalación se articula mediante distintos canales de audio. No obstante, algunas de sus características no se corresponden con la habitual relación entre sonido instalado y recepción. No tiene sentido hablar de un principio, un desarrollo o un final, y aunque el material sonoro de n no es musical, su estructura se le asemeja: el oyente, a pesar de que difícilmente puede escuchar toda la extensión de la “composición”, es plenamente capaz de percibir la construcción misma del acontecimiento (el concepto n)